Te enseño a desanestesiar el dolor para que vuelvas a habitar tu cuerpo, abrir tu corazón y vivir con consciencia, amor y libertad. Porque cuando comprendemos que la separación es solo una ilusión… el duelo deja de ser un fin, y se convierte en un portal hacia el alma.

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Mi propia historia de vida fue una iniciación: experiencias de pérdida, muerte, dolor y renacimiento me llevaron a descubrir que cada duelo guarda una sabiduría que no se aprende con la mente, sino que se encarna.

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Desde ese lugar, y con una formación profesional en neurociencia, psicotraumatología, espiritualidad y tanatología, acompaño a personas, familias y organizaciones a resignificar la muerte, los diagnósticos y las crisis como oportunidades de transformación profunda y radical.

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Mi misión es recordarte que el amor nunca muere, y que cuando liberas el cuerpo del miedo y la culpa, puedes volver a sentirte viva —completa, en paz, y en soberanía con tu alma.